La Clínica psicoanalítica y sus avatares

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jueves, 25 de octubre de 2018

La mariposa, la letra y el goce femenino, desde la especulación psicoanalítica

 I) El fantasma de la mariposa: el destino de una letra

 El fantasma del Hombre de los lobos, la mariposa que abre y cierra las alas, desencadenando una reacción de angustia, está bajo la primacía de la letra, que es tanto como decir del goce.

 Seguir el rastro de la letra comporta descifrar las huellas del goce.

 La letra es el axioma de la demostración del goce.

 La letra que le ha tocado en suerte al Hombre de los lobos, en la tómbola de la existencia, es una V.

 La es una letra que se abre, pero que, a la vez, se puede cerrar.

 Se abre y se cierra, como el movimiento acompasado de las alas de la mariposa, alrededor de lo real del goce, que es un vacío que ha capturado entre sus élitros una brizna de jouissance. (El poco de realidad del que habla Lacan.)

 Si invertimos la V, poniendo sus dos extremos abajo, y el vértice inferior arriba, nos encontramos con un auténtico compás, con un instrumento de escritura, matemático, que nos permite trazar figuras geométricas; realizar proyecciones; traslaciones; rotaciones; dibujar circunferencias en un mapa, que unen los diferentes puntos entre sí. (En resumidas cuentas, operar con el goce desde el saber, la lógica, el significante.)


El compás, un instrumento de escritura que traza letras y signos matemáticos

 Las alas de la mariposa son un compás que dibuja a-compasadamente, rítmicamente, sobre la superficie del aire, la figura nada figurativa de una letra V.

 Desde aquí todo nos conducirá al campo del goce, con el matiz de que se trata del goce del Otro, ese que se constituye como lo más éxtimo de nuestro ser.


El compás, la brújula, con sus dos círculos concentricos que señalan el norte y la dirección del barco

 Estamos ante una auténtica sopa de letras, donde hay algunas que sobrenadan y otras que se hunden.

 Incluso existe un tipo de letras-boya que, constantemente, aparecen y desaparecen.

 Por no dejar de señalar las letras-flotador, a las que uno se puede agarrar cunado está en peligro de ahogamiento.

 También están las letras-baliza (¡o paliza!) que marcan el camino que conduce al goce.

 Y las letras-cuchillo, que se clavan profundamente en la piel dejándote como recuerdo (¡para que no te olvides de lo real!) una marca indeleble y un dolor insoportable.

 Y las letras-sínthoma, irreductibles a cualquier sentido.

 Y la letra-muerta, que nos da la vida. Etcétera y etcétera.


Una auténticamente amada sopa de letras

 Y, cuando hay tantas letras en danza, eso significa que estamos sobre el litoral del goce.

 Literal-litoral son los dos rasgos que caracterizan el campo de lalengua.

 ¿Cómo se lee el fantasma?: $<>a

 Se trata de una fórmula, de un matema, en el que se establece una relación lógica entre el sujeto dividido por el significante ($) y el objeto @; por consiguiente, entre un elemento simbólico y otro real.

 No olvidar nunca que se trata de letras que escribimos.

 Lo que introduce el psicoanálisis de original es que esa escritura se inscribe sobre la superficie topológica del cuerpo.

 Las letras, impresas sobre la carne, agujerean el cuerpo y lo hacen gozar,

 El fantasma es la relación de corte, de losange, lógica, que se establece entre el y el objeto @.

 Por la estructura lógica del rombo se puede plantear que, entre los dos términos del fantasma, el simbólico y el real, se establece una relación compleja -sincrónica- de conjunción / disyunciónmayor / menor, que anuda al y al @.

El compás del fantasma

 En el fantasma juegan su baza dos elementos disímiles: el $, de raigambre o estambre simbólica; digamos que se trata de esas dos alas que se abren y se cierran, en un movimiento de abanico, el S1 y el S2 que representan al sujeto dividido por el significante: "el S1 (significante amo) representa un sujeto ($para el S2 (significante otro)".

 Esta es la lectura que se puede hacer de esa danza que ejecuta la mariposa macaón cuando se posa en una flor.

 Se podría llamar la danza alada.

La danza alada


 Además, en ese síntoma-fantasma del Hombre de los lobos, en la fobia a la danza de la mariposa, también se encuentra, como no podía ser menos, el rombo, el losange, la hendidura


El sujeto del corte

 ¿Dónde ubicamos esta función de corte que vincula de una forma compleja al y al objeto @?

 En la hendidura que se abre en el objeto mariposa cuando agita acompasadamente las alas.

 Si este movimiento es la figura de la letra V, sus dos brazos serían el S1 y el S2, y, el espacio entre ellos, la abertura, la hiancia, correspondería al sujeto del corte, dividido, escindido por el significante ($).


La letra V: la hiancia
 

 II) La V de la mariposa y el goce femenino

 ¿Qué es lo que desencadena la fobia del Hombre de los lobos?

 ¿De qué huye?

 Una mariposa posada en una flor, que abre y cierra las alas, parece algo de lo más inocente, incluso bucólico, en absoluto apto para desencadenar una reacción de pánico.

 Se trata de la escena primaria, de un ser que está detrás de la apariencia.

 La hace referencia al cinco en la numeración romana, la hora en la cual, al Hombre de los lobos, durante su infancia y juventud, hasta la actualidad, le acometen los accesos de depresión.

 Se trata de esa hora del despertar en la que se convierte en inocente espectador de la realidad de la escena primaria, aquello real que nadie puede ver, solo escucharescribir o gozar, por su tendencia inveterada e irresistible de escapar a la Mirada.

 Esta escena traumática tiene lugar bajo la forma de un coito a tergo. ("Sexo por detrásera conocido en la antigua Roma como coitus more ferarumcoito a la manera de los animales".)

 Leído al pie de la letra: los padres tienen un encuentro sexual al modo de los animales, por detrás, que toca todas las teclas que hacen resonar el goce del cuerpo, excitando las zonas erógenas. (El infans abre los ojos: mira; emite una deposición: caga; llora: lagrimea.)

 El movimiento de las alas de la mariposa se asocia, en el recuerdo del Hombre de los lobos, al movimiento de una mujer que se abre de piernas.

 La conexión entre los dos movimientos es significante porque ambos son movimientos-significantes.

 Una mujer abierta de piernas: es evidente que esta postura no le deja a la madre en muy buen lugar.

 La madre, en la estructura, siempre está en una buena posición, bien asentada sobre el terreno, firme, digna, respetuosa, amable.

 Digamos que es una posición un tanto cochina.

 Es una posición indigna de la madre, more ferarum.

 De ahí a afirmar que la madre es una guarra media un abismo, aquel por el que se pierde el Hombre de los lobos.

 Ese abismo del sexo, del goce, es lo más traumático de la escena primaria: el "encuentro fallido con lo real".

 ¿Cuál es la llave que abre las piernas de la madre?

 Lacan insiste en que lo que abre el cerrojo, lo que rompe el catenaccio, es la llave maestra del significante, el S1. (El rasgo unario)


La de una bailarina que se abre de piernas, al compás de la música, siguiendo las indicaciones de la composición

 ¿Qué es lo que le falta a la madre?

 Decir que es el falo es decirlo todo y, a la vez, no decir nada.

 Es mejor plantearlo así: el falo es lo que el pequeño lobo mirón no tiene, lo que le falta, y que el padre tiene para dar y tomar. (Por arrobas)

 Por lo tanto, como es elemental, mi querido Watson, el hijo, quiera o no quiera, solo puede recibirlo como un don gracioso, gratuito, de su amado-odiado padre.

 También lo podría obtener de contrabando; aunque no se lo aconsejo.

 En ese caso, suelen ser falos muy defectuosos, que fallan a la primera, como las escopetas de feria, que casi nunca se sostienen, que carecen de cualquier garantía.

 Es mejor hacerlo todo de forma legal, utilizando los recursos de la ley, cumplimentando todos los trámites, respetando los tiempos lógicos, las obligaciones contractuales, los compromisos adquiridos, los derechos y los deberes, ¡como Dios manda!

Así podrá disponer de un documento, de una cédula, con todas las garantías, los requisitos legales, debidamente autorizada, bendecida por la ley del padre, sellada y matasellada, ¡como Dios manda!

 En estos asuntos del deseo, de falicidades notariales, nada fáciles ni felices, de documentos fálicos, de actas que portan el sello del significante del falo, lo mejor es apelar al registro de la palabra, encomendándose como quién no quiere a la ley del significante, poniéndose bajo la advocación de la instancia paterna.

 En el negociado del deseo, lleno de registros, archivadores, legajos, folios, incunables, copias legalizadas y no legalizadas, firmadas o pendientes de firma, etc., la mirada es engañosa, desorientadora, extraviante, perturbadora.

 Aquí, solo los incautos del inconsciente no yerran.

 Que, en la escena primaria, el padre lo tenga le hace caer al lobito de su posición de serlo.

 Todas estas evocaciones giran alrededor de la escena primaria; son como astillas desprendidas de su gran tronco.

Se podría plantear que la escena de la fobia a la mariposa es una especie de recuerdo encubridor; que, detrás de ella, está el recuerdo traumático de la escena primaria, cuyo contenido más angustiante se relacionaría con la percepción de la castración en la madre (sabiendo que se trata de la castración imaginaria, de la efracción corporal, del despedazamiento especular), y, con la impotencia imaginaria del padre, que se hace presente en el momento de la desaparición de su pene en la vagina materna.

 Pero justo esto es lo verdaderamente traumático de la escena primaria, la suma de dos impotencias, la del padre y la de la madre; o, lo que es lo mismo, la multiplicación de dos castraciones imaginarias, que produce un efecto de esquizia, de disyunción alienante con respecto al deseo.

 La única prueba admisible e incontrovertible de la existencia del deseo pasa por el deseo del Otro, por ese objeto, al que nombramos @, que es causa del deseo de ese padre y de esa madre, que, más allá de sus impotencias respectivas, mantienen una no-relación de goce, que el lobezno capta en la expresión facial de satisfacción en la madre. (Este es el signo de la castración en la madre.)

 Que el padre se la meta es causa del goce de la madre.

 El resto que cae después de este encuentro gozoso entre los padres es el objeto @.

 Este objeto que cae de forma retroactiva como el resto desechable de la operación de división subjetiva, aquello que se pierde en el encuentro posible-imposible entre los sexos, se sitúa, con respecto a ese mismo encuentro, en una relación de anterioridad lógica, en función de causa del deseo.

 Si, en la escena primaria, el infans es capturado por la mirada fija y atenta de los lobos, desencadenando su horror, el miedo a ser devorado, esto es debido a la irrupción angustiante, en lo real, del objeto (bajo la forma ejemplar de la mirada del Otro), que no es sujetado, desde la vertiente de lo simbólico, por los contrafuertes, los estribos, los arbotantes (del francés arc-boutant, literalmente arco que transmite), los muros de carga de la función paterna, que actuarían, desde un lugar tercero, de mediación significante, de ley, como contrapeso del trou-matisme. (Todo aquello que se puede englobar bajo el epígrafe, el patronazgo, el patrocinio, del Nombre del Padre.)


El arbotante, el arco que transmite la función paterna, que sostiene la bóveda del sujeto 

 Hay que partir de la base, del arco de bóveda, que lo traumático de la escena primaria reside en el encuentro, siempre fallido, tíquico, del sujeto con lo real del goce. (Marcado por la contingencia y lo azaroso.)

 La fobia a la mariposa -el síntoma-, y la imagen de una mujer que se abre de piernas -el fantasma-, no son, desde el punto de vista de la estructura, del mismo orden que el trazo literal, la grafía de la V.

 La imagen fascinante de la mariposa que se abre de alas, y de la mujer que se abre de piernas, tienen la función de pantallas fantasmáticas, las cuales, gracias al anudamiento, generador de sentido (jouis-sens), de lo imaginario y de lo simbólico, protegen al sujeto del encuentro traumático con lo más angustiante, con lo real de un goce inasimilable y éxtimo. (La exterioridad íntima.)


El agujero central del toro: el lugar del goce éxtimo

 El goce en cuestión es ese que, en el sueño, remite a la mirada de los lobos, que observan al durmiente desde el marco de la ventana, encaramados al nogal, con extrema atención y fijeza.

 Estos lobos, ¿Qué quieren?

 ¿Me miran a mí?

 ¿Me desean a mí y solo a mí?

 ¿Miran más allá de mí?

 ¿Desean otra cosa? 

 ¿Desean algo en mí, más allá de mí, algo enigmático, que no soy yo?; ergo, ¿el objeto @? (Que, por cierto, Lacan lo ubica en el centro del agujero éxtimo del toro, el del deseo.)


La pregunta por el deseo de los lobos: Che Vuoi

 La V, en su estatuto de trazo literal, en su función de marca, escrita sobre el cuerpo, se adscribe a otra ditmensión, no formando serie con la imagen de la mariposa alada y la de la madre-mujer que se abre de piernas.

 ¿No podría haber interpretado Freud a su analizante que una mujer que se abre de piernas no puede ser más que una bailarina?

 ¿No representa la mariposa alada a una mujer danzando, a una danzarina alada?

 La letra V, en su tipo-grafía, en su escritura, es un elemento perteneciente a lalengua.

 Y lo esencial de lalengua es su carácter de marca que se escribe sobre lo real del cuerpo.

 Por este motivo, lo más importante de lalengua, más que su valor de sentido, es su función de marca del goce.

 Ante una marca es obligado preguntarse: ¿qué es lo que marca esa marca?

 En el caso de lalengua está claro: la marca de lalengua o lalengua en su función de marca, marca el cuerpo.

 Partiendo de aquí, de la certeza de la marca, avanzamos con la pregunta: la marca que marca el cuerpo, ¿qué es lo que marca?

 No hay duda: la marca que marca el cuerpo lo que marca es el goce de ese mismo cuerpo que marca.

 Aquí todo gira alrededor de la repetición de las marcas.

 Por convención, a esas marcas las llamamos letras.

 Si las marcas se repiten, como estamos demostrando, es porque hay un goce en juego.

 Lalengua es el conjunto de las marcas que escrituran el goce del cuerpo; en el sentido de que le otorgan un carácter legal gracias al cuerpo de una escritura hecha de trazos literales.


Marcas de pisadas de dinosaurios sobre las rocas

 ¿Qué es lalengua?: 

 "Lalengua no es el lenguaje; mientras el lenguaje está del lado de lo simbólico, de la estructura, lalengua está más del lado de lo real, de los efectos de lo real sobre el cuerpo (...) El significante en su estatuto de letra y separado del sentido, es lo que Lacan va a llamar lalengua, <<un saber que se presenta como una huella, un trazo, como una escritura de lo que fue nuestra relación originaria con la lengua materna>> (...), marca del goce en el cuerpo." (coiteraciones.blogspot.com/2012/08/350-lalengua-y-lo-real.)

 De la letra no nos interesa tanto su sentido que, de hecho, no lo tiene, ni su condición de significante, que correspondería al cinco (5) en la numeración romana, sino su ditmensión real de rasgo o trazo de escritura.


La escritura de la V

 La letra interesa al goce, en su condición real literal, de trazo de escritura, que traza la línea quebrada y accidentada del litoral del cuerpo.

 Ese litoral, donde se intercambia el goce, se dibuja como una especie de golfo, ensenada o bahía, que recorre la orografía del cuerpo.


El litoral de un golfo: la marina

 La letra es la marca-litoral del goce.

 El concepto de litoral procede de la topología de los nudos; concretamente, del anudamiento borromeano.

 Solo hay marca-litoral del goce a partir del enlace borromeano entre las ditmensiones RSI, que hace cuerpo.

 El trazo literal, el rasgo de escritura:

  • Hace cuerpo.
  • Hace goce.
  • Hace litoral.

 De hecho, las dichomansiones de lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario, son tres letritas que escribimos así: RSI.

 En su función de trazo literal hacen cuerpo borromeano, litoral del goce.

 El litoral del goce, en cuyas aguas se baña el objeto @, es el recinto triskeliano, abordado también como trazo literal.


El nudo borromeo: el litoral de los goces

 Es curioso, pero, si nos fijamos en el garabato del triskel, en su rúbrica, su forma podría corresponder perfectamente a una dada la vuelta, o, lo que sería equivalente, a una letra η. (Teta.)


Triskel runes (signo o alfabeto) por Emmyvanruijven

 "El trisquel o triskel, también llamado trikele o trinacria, es un símbolo geométrico celta y curvilíneo formado por tres brazos en espiral que se unen en un punto central, círculo o triángulo, configurando la forma de una hélice, es parecido a la esvástica o el tetraskel, una de las diferencias es que estos últimos tienen cuatro brazos formando ángulos de 90º. El tres es el número más sagrado para la cultura celta, y representa la perfección y el equilibrio".

 Contamos ya, en nuestra tarea de recolección de los cultivos literales, de lo más cultivados, con esta serie literal:  T (triskel)-(mariposa)-η (teta).

 ¿La forma del triskel o trikele no es análoga a la del órgano sexual femenino?

 ¿No habría entonces que asociar el goce femenino, específico de la mujer, notodo, al tres?,

 Algo equivalente -¿por qué no?- a la fórmula de la TRI-METILAMINAt-vη

 Se trata de tres letras, de una trinidad o trilogía literal, literaria, que, actuando como marca-litoral, permite sostener el goce.

 Es la matriz literal de un goce que, en su fijación, hace cuerpohace nombre propio.


Rúbrica de la de fuente gótica

 Entonces, estábamos con la relación entre la mariposa y la mujer.

 Esto nos había conducido a la fórmula del fantasma en la que se plantea una relación de losangeromboidal (), con el goce, con el objeto @; en tanto eso real que, por ser irreductible a lo simbólico, caída, resto, tiene función de causa del deseo.

 Para interpretar bien toda esta sopa de letras hay que partir de la base de que en el síntoma la mariposa tiene función de significante.

 La fobia a la mariposa, tomada al pie de la letra, es el temor o la angustia que siente un sujeto frente a un significante.

 Si la mariposa es un significante es uno que, como el inconsciente, se abre y se cierra.

 Esta dimensión simbólica de la mariposa la encontramos en las leyendas, los mitos y las tradiciones de los pueblos.

 Las mariposas son criaturas altamente simbólicas para muchas culturas, incluyendo la nuestra.

 En Japón, una mariposa representa la condición de mujer joven, y dos mariposas simbolizan la felicidad conyugal.

 Para los aztecas del México antiguo, las mariposas eran las almas de los guerreros muertos, caídos en el campo de batalla, así como las almas de mujeres que habían muerto en el parto. (Las dos muertes más nobles para un azteca.)

 En el cristianismo representa el alma escapada de los confines de la carne.


Tatuaje de mariposa

 La mariposa, en el occidente, simboliza, en su metamorfosis, la transformación de una existencia, desde la oruga, que se arrastra con lentitud, pasando, a continuación, por la latente y cautiva crisálida, en su capullo, renaciendo y transformándose al final en una criatura alada de luz y de aire.

 En el caso del Hombre de los lobos se hace referencia al valor significante de la mariposa:

 " (...) El paciente explicó un día que en su idioma la palabra mariposa -babuschka- quería decir también <<madrecita>>, y que, en general, había visto siempre en las mariposas mujeres y muchachas y en los insectos y las orugas muchachos...".

 Por lo tanto, la mariposa -babuschka-, en el ruso, es un significante de doble sentido que significa tanto mariposa como madrecita.

 Gracias a una mariposa y a la estela que deja en su vuelo, nos adentramos por las vías y los caminos del significante, que son los del análisis.

 La fobia a la mariposa pone en evidencia diferente dimensiones.

 Ya hemos señalado la dimensión significante de la mariposa.

 Mariposa, babuschka en ruso, significa tanto mariposa como madrecita.

 Es un lexema de doble sentido, en el que un significante remite a dos significados.

 El motivo de esta ruptura del signo lingüístico, que se asocia a la primacía del significante sobre el significado, depende de la existencia de la barra del significante, que, en su función de barrera, preserva el flujo continuo de significados en el piso inferior.

 Utilizando un término freudiano, muy caro para Lacan, se podría afirmar que el significante babuschka está sobredeterminado. (Pertenece a varias cadenas del significante.) 

 Pero hay algo más.

 No solo está el significante babuschka, también nos encontramos con la dimensión de la letra.

 La letra pertenece a la ditmensión de lo real.

 El movimiento de abertura y de cierre de las alas de la mariposa traza, sobre la superficie del aire, la forma, la tipografía, de la letra V.

 Es evidente que no se trata propiamente de la caligrafía de la V, hecha con esmero, elegante, artística, en su acabado orto-gráfico, sino de algo más cercano a un trazo (a un trozo), a un rasgo, a una rúbrica.

 No es una cuestión puramente estilística, ornamental, dado que, mediante su carácter de trazo de escritura, nos aproximamos a su función de marca.

Si el significante babuschka se adscribe a la ditmensión de lo simbólico, la letra V, en cambio, en su función de marca del goce, pertenece a la ditmensión de lo real.

 También hay que dar su lugar y su función a la escena imaginaria, a esa mariposa Macaón, de colores fascinantes, representación de la belleza, que se posa en una flor para libar el polen, que, en su ditmensión de imagen, recubre ese núcleo traumático de lo real del goce.

La rúbrica de la V: el trazo literal en su función de marca del goce

 La angustia, en tanto es señal de ese núcleo de lo real del goce, es el afecto que no engaña.

 El cabo que tenemos que sujetar con firmeza, para continuar nuestras pesquisas, y no perder el rastro de ese bello insecto, que nos conducirá a la verdad. es que la letra V, como rúbrica trazada por el movimiento de las alas de la mariposa, captada y traducida desde el fantasma del Hombre de los lobos, es la marca del goce.

 ¿De qué goce se trata?

 Porque hay más de uno.

 De hecho el goce que nos interesa está entre el +1 y el -1

 Se le puede considerar el goce del 0; sin tener nunca muy claro si el goza o no y cómo es su goce.




 El Hombre de los lobos relaciona el movimiento de las alas de la mariposa con el de una mujer que se abre de piernas.

 Por lo tanto, si lo que está en juego en este síntoma fóbico es el goce, éste no podrá ser otro que el femenino, el goce de la mujer, ese que Lacan describe, desde la lógica de la sexuación, como notodo fálico.


Fórmulas de la sexuación

 Hay algo más que la supuesta entrega de una mujer que se abre de piernas, trazando la forma de una (¿El así llamado masoquismo femenino como fantasma del hombretón?)

 El número en la numeración romana corresponde a la cifra 5, la hora en la que el sujeto supuesto pudo observar, en la primera fila del palco, la escena primaria, el coito gozoso de los padres.

 De hecho, el Hombre de los lobos que, inicialmente, percibe esta escena como un acto de violencia, de sometimiento sádico de la madre a manos del padre, recuerda en el análisis la expresión de "intensa satisfacción" en el rostro de la madre, lo que le arrastra, aprés-coup, a la conclusión de que se trató de un encuentro sexual; como tal, interrumpido.

 Si los significantes en juego son "babuschka" ("mariposa" "madrecita"), y el número 5 en la numeración romana (la hora hamletiana de la escena primaria, del trauma), en cambio, el goce se anuda a la abertura de las alas de la mariposa macaón, cuya marca tipográfíca es la letra V. 

 La pantalla de esta marca gozosa en el cuerpo es la representación fantasmática de una mujer que se abre de piernas.

 Aquí habría que proceder a una reducción que invierte el proceso asociativo tal como se plantea en el historial.

 En el historial del Hombre de los lobos, tal como es relatado a Freud por el paciente, lo primero, en el orden cronológico, es ese movimiento de apertura y cierre de las alas de la mariposa, que desencadena la fobia, y a continuación, esa primera forma-significante, en su evocación en el análisis, se asocia con otras dos: la en la numeración romana, y la imagen de una mujer que se abre de piernas con el fin de ser penetrada por el falo del hombre.

 Nosotros invertimos la relación causal de esta cadena asociativa.

 Lo primero, en el orden lógico, es la letra V, en su dimensión real de marca del goce.

 Desde ella, desde este trazo literal, desde esta rúbrica escrita, se derivan, por una parte, la mariposa (babuschka) del síntoma, y, también, la postura de la madre en la escena primaria; que permite observar su expresión gozosa, orgásmica, ante la penetración del padre.

 Desde nuestra interpretación, la primacía lógica y causal se la otorgamos al trazo literal V en su función de marca en el cuerpo del goce femenino; el cuerpo de la babuschka; de la madre-mujer.

 El asunto crítico pasa por el goce femenino debido a que esta modalidad de jouissance es la que se pone en acto en la escena primaria; incluso se puede decir que es el goce por el que se puja en la subasta en que consiste esa escena coital y coitada protagonizada por los padres.

 La escena primaria, en su estatuto fantasmático, tal como se formaliza en el Hombre de los lobos, es la transcripción simbólico-imaginaria de la fórmula de la sexuación que da cuenta de la lógica del goce femeninonotodo.

 El goce femenino es notodo fálico -"No para toda fi de x"- porque hay una parte de él, no toda, que no pasa por el falo, que se goza más allá del Φ.

 Es por este motivo que la mujer plantea problemas, aporías, pero también salidas, soluciones.

 En la escena primaria, ¿qué es lo que observa el pequeño curioso?

 Desde su puesto de vigía privilegiado, desde el recinto de su cuna, mira, con ojos atentos, atónitos, cómo el pene del padre aparece desaparece en la vagina de la madre.

 Esta desaparición del pene del padre en el cuerpo de la mujer, auténtica afánisis, borradura, tachadura del órgano fálico, suscita, en el pequeño voyeur, un movimiento afectivo de pena y de compasión, que le llevará, en el futuro, a la identificación del pene del padre, en su función de significante, con todas las personas que sufren una minusvalía, una carencia (mendigos, enfermos, etc.)

 Se ha producido una pérdida de la potencia simbólica del falo paterno al haber sido absorbido por la vagina de la madre.

 Esta situación, si es interpretada fantasmáticamente como una devoración del pene del padre por la boca-vagina de la madre, puede desembocar en una impotencia coeundi.

 Lo que nos interesa, en esta auténtica evaporación del órgano viril en la vagina materna, es lo que implica de límite, de stop, al goce fálico; que, hasta que es aspirado por el goce de la mujer, aspiraba a totalizarse, a convertirse en hegemónico.

 De alguna forma, esta afánisis fálica del instrumento del deseo, sería el equivalente del fading, del desmayo, la caída, la detumescencia del pene simbólico (Φ), después del orgasmo, cuando el animal triste siente que la mujer todavía tiene ganas, que no la ha satisfecho del todo, que el falo no ha sido suficiente, no ha llegado, no ha alcanzado, no ha cumplido sus expectativas de goce pleno y total; de ahí la preocupación masculina por el tamaño del órgano viril, en tanto farsa y caricatura de la potencia. 

 En cambio, la mujer tolera muy bien la impotencia del hombre, su desfallecimiento, debido a que en ese hueco que deja la dimisión fálica, en su falla, en su voladura incontrolada, se encuentra con su propio goce, ese que es notodo.

 En la escena primaria, a la vez que desaparece, como por arte de magia, el pene del padre -que es un significante: el pene simbólico-, de forma sincrónica, el infans, capta, en el rostro de la madre, en su mirada extraviada -todo el sueño de los lobos gira alrededor del objeto mirada: la mirada de los lobos;su propia mirada-, una expresión de "intensa satisfacción" que, al coincidir con la afánisis del falo, se la puede adscribir al goce femenino, notodo fálico.

Aquí está la clave, en esa relación entre el goce fálico que aspira a todo, que va a por todas, y el goce notodo, desengañado del todo, de vuelta de todo, que va a por una.

Esa mirada de la madre de intensa satisfacción, ese goce femenino de la babuschka, de la madre-mariposa, de la madre-mujer, de la mariposa-mujer, es lo que está marcado con la letra V, escrita en el cuerpo de esa mariposa con nombre propiomacaón.

 El movimiento de sus alas es el trazado de la rúbrica.

 Es la rúbrica escrita en el cielo.


 Letra V -----------------------------------------------> Goce femenino




Macaón (Papilio machaon)

martes, 16 de octubre de 2018

La joven homosexual, la Dama y el padre

 I) ¿Quién es la joven homosexual?

 Freud, en marzo de 1920, publica su trabajo Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina.

 El caso tiene dos protagonistas.

 En primer lugar, la mujer a la que podemos denominar el sujeto del caso, conocida para la posteridad como la joven homosexual.

 "Joven", porque, cuando la analiza Freud, tiene dieciocho años.

 Su nombre es Sidonie Csillag.

 Se trata de un nombre ficticio, de un seudónimo utilizado con el fin de preservar su anonimato.

 Este es el nombre con el que se la nombra en su biografía: "Sidonie Csillag. La <<joven homosexual>> de Freud"; escrito por Ines Rieder y Diana Voigt.

 Las dos autoras nacieron en Viena.


"Dama, Dama, de alta alcurnia, de baja cama..."

 Ines Rieder es periodista y escritora.

 Diana Voigt es editora y escritora.

 Excepto el nombre propio y el apellido de la joven homosexual, el resto de los nombres que aparecen en la biografía son verdaderos.

 Al igual que el Hombre de las ratas, del que ya nadie recuerda su verdadero nombre, el nombre de esta mujer se ha eternizado, ha quedado escrito en la historia del psicoanálisis, con letras de oro, como la "Joven homosexual" de Freud.

 Ha sido bautizada con el agua bendita de su psicoanálisis.

 Su propio nombre es efecto del psicoanálisis.

 Su historia es indisociable de la historia del psicoanálisis.

 El Hombre de las ratas y la Joven homosexual han sido bautizados en la pila del bautismo psicoanalítico, después de haber competido en la justa transferencial, habiendo atravesado sus pruebas (en las que se pone a prueba al sujeto), con el nombre de su síntoma (sínthoma): el tormento de las ratas y la homosexualidad.

 El acto psicoanalítico ha elevado el sínthoma, lo más patético del sujeto, la piedra angular que han desechado los arquitectos, a la dignidad de nombre propio.

 Para Freud, el síntoma tiene el valor de una realización sexual, de goce.

 Un psicoanálisis, al poner en acto la realidad sexual de la transferencia a partir de la instancia o estancia del Otro, en tanto lugar del significante, de la verdad, tiene una doble función: deseo de reconocimientoreconocimiento del deseo. (En liza constante con la pasión del desconocimiento.)

 El sínthoma, en esta posición de avanzadilla, es uno de los nombres-del-goce.

 El psicoanálisis apunta a la bejahung del otro goce en su radical alteridad.

 II) Leonie Von Puttkamer: La Dama

 Leonie es para Sidonie La Mujer no tachada; por eso, la ama con pasión.

 La otra mujer, el objeto del caso, el supuesto objeto de la supuesta homosexualidad (estamos en el campo de las suposiciones) de Sidonie, es una puta.

 La así llamada, porque se trata de una prostituta de lujo (un auténtico lujo), de una puta aristocrática (si es verdad que existe una aristocracia de las putas), la baronesa Leonie Von Puttkamer.

 Vamos a dirigirnos al significante.

 No a la persona, sino a los componentes léxicos del nombre propio.

 Nos detenemos en el Von: Leonie von Puttkamer

 ¿Cuál es su valor?

 Es un índice de distinción.

 Tiene función de insignia, de emblema.

 El von de un apellido identifica a su portador a una insignia del Otro indicativa de nobleza.

 En alemán, von, es una preposición que significa de y del.

 Al usarse como parte de un nombre germano, el agregado von puede indicar que la persona que lo lleva forma parte de la nobleza.

 El de también se utiliza en español, francés y portugués como marca de pertenencia a la clase noble.

 Con la abolición de la monarquía en Alemania y Austria en 1919, los privilegios de la nobleza quedaron suprimidos, con lo que la preposición von fue eliminada.

 En Austria, en 1918, se suprimieron todos los indicadores de nobleza en los nombres familiares.


El von aristocrático


 Un cambio político, la abolición de la monarquía y sus privilegios, tiene como efecto una transformación radical en el plano de la estructura social, que deja su marca en el lenguaje: la pérdida de la preposición von que se asocia, como emblema de la relación de pertenencia a la clase noble, con un determinado apellido.

 Gracias a este significante el apellido adquiere la categoría de aristocrático y la persona que lo porta de aristócrata.

 Los privilegios verdaderamente privilegiados, reales, son los que emanan del lenguaje, aquellos que, como en este caso, permiten el usufructo, el uso y disfrute de un determinado significante.

 Como es el caso del significante von -de o del-, que significa pertenencia, reconocimiento, rango, nobleza.

 En contrapartida, la pérdida de esa posición social privilegiada implica la desaparición, la abolición de su marca significante. (La tachadura.)

 No hay que olvidar que cualquier privilegio comporta como su contrapartida una responsabilidad.

 Cuando lo que está en juego es la ascendencia aristocrática eso supone que "Noblesse oblige" ("Nobleza obliga".)

 En el Diccionario de la Academia francesa se dice que: "Quien se autoproclame a sí mismo como noble, debe conducirse como un / una noble".

 Llama la atención que la baronesa Leonie von Puttkamer, la amada y admirada Dama de la joven Sidonie, siga arrastrando, a pesar de su arrastrada vida, esa insigne preposición que constituye la insignia de su pertenencia a la aristocracia prusiana, de su condición de mujer noble. (Ahora arrastrada por los suelos.)


Henri de Toulouse-Lautrec – “Salón de la Rue des Moulins” (1894)

 Cualquier obligación de nobleza ha sido mancillada en el desempeño de su noble profesión que la obliga a un comportamiento de lo más innoble.

 Leonie, en su ejercicio distinguido de la profesión más antigua del mundo, como furcia de lujo (además de invertida), a la busca y captura de hombres adinerados, de elevada posición social, a lo último a lo que se atiene como norma de vida es al significante von (heredado de su padre) al que nobleza obliga.

 ¿No podría ser este significante amo -el von prusiano- el vehículo de toda la hipocresía social que caracteriza a la familia noble y distinguida de Leonie?

 ¿No sería más bien el índice de una mentira que infiltra todos los intersticios de su estructura familiar?

 Si esto fuese así, si el von indicase, para la hija, la posición de descreimiento (unglauben) de sus padres con respecto a la Ley, no sería nada extraño el deslizamiento de esta mujer por la vertiente de la perversión.

 Su comportamiento promiscuo y degradado, aunque estéticamente no sea de nuestro agrado, tendría la función de una père-versión (versión-padre.)

 Es el amor y la añoranza tan intensa del padre (rasgo característico de la homosexualidad femenina) aquello que anuda a Sidonie  y a Leonie en su père-versión.



Margarethe Csonka, la "Joven homosexual" 

 Leonie von Puttkamer procede de una familia de la nobleza prusiana.

 El Von debería haber signado su relación de pertenencia, de filiación, al linaje aristocrático que presidió su nacimiento.

 El del tendría que haber sellado de forma indeleble su condición noble y aristocrática.

 Su noble planta, delicada y fina, cultivada en el selecto invernadero familiar, estaba destinada a arraigar profundamente en la fértil tierra solariega del exclusivo von.

 Sucede todo lo contrario.

 Leonie desprecia sus raíces familiares.

 Rechaza todo aquello que implica un arraigo en su historia.

 Su conducta disoluta desata todos los lazos que la anudan con su linaje.

 Todo esto no tiene que ver exclusivamente con su condición de prostituta, con su conducta viciosa.

 No es una cuestión moral.

 El problema no es que ella se prostituya, sino que todos sus valores simbólicos, sus significantes-nudo, han sufrido un proceso de prostitución, de de-generación. 

 Al haberse perdido la referencia al Otro (con mayúsculas), a la Ley del significante, el ser parlante (Leonie, para más señas) se extravía entre los objetos del mundo, con los que mantiene relaciones de predominio imaginario, promiscuas, indiscriminadas, degradándose en su condición de sujeto, en su dignidad de deseante.

 Renegar de los orígenes, de los lazos de filiación, familiares, genealógicos; de la historia que nos han hecho y que nos ha hecho; de la palabra de nuestros antepasados; de la tradición a heredar; de los bienes raíces, arraigados y arraigantes; del deseo que nos creó; de todo el patrimonio simbólico sobre el que se sostiene la condición y la convicción irrenunciable del sujeto conlleva la subducción ("hundimiento de una placa litosférica bajo otra") inevitable de la plataforma sobre la que se sostiene la Ley del deseo.


La subducción, el hundimiento de la plataforma de la Ley 

 Lo que queda después de este terremoto subjetivo, de esta desgracia del ser, es un agujero irreparable y un sujeto prostituido, desarraigado, desclasado, exiliado de lo simbólico, apátrida, vagabundo.

 El signo patognomónico de este desarraigo del ser, de esta fuga de la existencia, de esta esquizia subjetiva, es la sustitución de los lazos sociales, discursivos, discriminados, por la confusión imaginaria, indistinta, transitiva. (Yo soy otro. 

 En Leonie-von-nada hay una posición activa de rechazo (verwerfüng) a la bejahung (afirmación) de la condición, de la castración. (En su vertiente de deuda simbólica.)

En este caso prefiero utilizar el concepto de verwerfung que implica un rechazo enérgico, en el sentido del acto de arrojar lejos, que el de verleugnung (renegación) como es clásico en la perversión.

 Leonie, por la verwerfung de la condición, de la complejidad edípica, está confrontada directamente al horror del agujero, en su aspecto más siniestro, insoportable.

 Su recurso desesperado es llenar ese agujero mortífero con perversión: promiscuidad, inversión, prostitución, dinero, vicios diversos, degradación, etc.

A todo este conjunto de recursos imaginarios, desesperados e inútiles, con los que Leonie trata de paliar el dolor de existir, el agujero de la existencia, lo vamos a calificar como la estrategia subjetiva del sistema del goce al cuadrado.



 
 ¿En qué consiste este sistema? Se trata de gozar cuanto más mejor, sin límite, traspasando todas las barreras de la ética, la estética, el pudor y el dolor. Dicho a lo bruto: gozar a lo bestia

 No hay que perder de vista que, más allá de este furor gocerino, que puede asemejarse a lo ninfomaníaco, está lo más ominoso del agujero.

 Como consecuencia, incluso en el seno de esta extremada degeneración de la condición, hay un deseo de castración, un anhelo de amor, que permitiría "hacer condescender el goce al deseo". (J. Lacan.)

 Este es el estribillo que canta con voz desafinada Leonie von Puttkamer, acompañada de Anita Barber y de Sidonie Scillag:


  •  Leonie quiere gozar de todo; pero esto es justo lo que no puede ser, lo imposible, lo real; que solo permite el goce notodo.



  • Leonie quiere gozar siempre; pero esto es justo lo que no puede ser, lo imposible, lo real; que solo permite el-goce-en-el-tiempo. (Discontinuo, pasajero, interrupto.)



  •  Leonie quiere gozar del Uno; pero esto es justo lo que no puede ser, lo imposible, lo real; que solo permite el goce-Otro.


  •  Leonie quiere que su goce solo sea ganancia, beneficio, rédito; pero esto es justo lo que no puede ser, lo imposible, lo real; que solo permite gozar sobre un trasfondo de pérdida. (No hay ganancia sin pérdida; no hay plus sin minus.)



  •  Leonie quiere gozar de La Mujer; pero esto es justo lo que no puede ser, lo imposible, lo real; que solo permite el acceso a La Mujer tachada, a una mujer. (No existe el universal del todas las mujeres; solo existe la mujer una por una.)



  •  Leonie quiere gozar de todo el cuerpo; pero esto es justo lo que no puede ser, lo imposible, lo real; que solo permite gozar de una parte del cuerpo: del pecho, el escíbalo, la voz, la mirada. (Todo goce es parcial porque el cuerpo hablante está re-cortado por el significante.)



  •  Leonie quiere gozar de un objeto total, completo, sin falta {i (a)}; pero esto es justo lo que no puede ser, lo imposible, lo real; que solo permite gozar de un objeto parcial, del objeto @, que, en su condición inasumible, de goce real, tacha, abole al sujeto. (La pulsión es el trayecto que recorre el borde de los orificios erógenos del cuerpo.)



La transformación continua, vía la topología, de una taza en un donut, en un cuerpo agujereado 


  •  Leonie quiere gozar al cuadrado, es decir, a la enésima potencia, al goce elevado a n.


 Sabemos con Freud que, en el más allá del principio del placer, el goce tiene un valor 0; por lo cual, si la potencia del goce es 0, goce elevado a 0 es igual a 1.

 Leonie, por mucho que goce, no será capaz de trascender el Uno de lo imaginario.

                                                   
 a0 = 1

  
 El psicoanálisis se encamina hacia otra potencia, la de lo simbólico, en su incidencia sobre lo real, sobre el goce del cuerpo:

                                                    
 S (A)


III) Los Puttkamer: el goce cocotte y prusiano

 ¿Cuál era el origen familiar de Leonie, la amante de Sidonie?:

 "El padre y la madre de Leonie Puttkamer provienen de familias prusianas de la antigua nobleza. Los Puttkamer eran un linaje muy ramificado -la línea Vietzke-Pansin, de la que provenía Leonie, está documentada por primera vez en 1436- con gran cantidad de bienes raíces y la consiguiente influencia política en la corte. La propiedad familiar quedaba en Schlackow cerca de Saleske y obtenía su riqueza de la agricultura y la silvicultura. Günther, el padre, nacido en 1861, era comandante en el ejército real prusiano.

 Anna Luise, la madre, llevaba el apellido de soltera Alvensleben, uno de los linajes más antiguos e influyentes del norte de Alemania. (...)

 (...) Luego del nacimiento de los hijos, el matrimonio comenzó a tener desacuerdos: Günther se sentía sobreexigido, Anna Luise, dejada de lado. Por esa razón, ella comenzó a tener relaciones con hombres y con mujeres.

 (...) Cuando, en 1902, Anna Luise se enamoró de un diplomático italiano, se mudó con él a Roma. Eso era más de lo que Günther von Puttkamer podía tolerar, viajó a Roma para terminar su matrimonio en una escena dramática e iniciar el trámite de divorcio. A causa de sus aventuras y su divorcio, Anna Luise von Alvensleben perdió el respeto de la aristocracia prusiana, extremadamente conservadora, y ya no era considerada <<digna de la corte>> (...)

(...) el esporádico contacto con su padre fue empeorando. Durante una visita en lo de él y la madre postiza, tan poco querida, en el año 1911, esta había sostenido que Leonie no estaba bien de la cabeza, y había solicitado a un especialista berlinés que redactara un dictamen médico. En un procedimiento humillante, se diagnosticó la buena salud mental de Leonie, pero también su <<anormalidad>> sexual. Puttkamer padre suspendió sus pagos de manutención y recibió como respuesta un juicio por alimentos por parte de su hija. La relación, que ya era mala, se terminó de romper por esta cuestión, y Leonie fue desheredada por su padre." (Sidonie Scillag; La <<joven homosexual>> de Freud; Ines Rieder y Diana Voigt; Ed. el cuenco de plata; 2004; Págs. 81 y 83.)

 Aunque un grano no hace granero, vamos a tomar como botón de muestra el siguiente episodio de la biografía de Sidonie, con el fin de captar el estilo perverso de Leonie. (No hay que ver aquí ningún matiz peyorativo; el psicoanálisis analiza conductas, no las juzga.)

 Leonie se casa, por absoluta conveniencia, por el vil metal, que ella aprecia tanto, con un pájaro de cuenta que se llama Albert Gessmann, una auténtica y sin igual mala persona.

 Las relaciones se deterioran a ritmo acelerado, de reggaeton, hasta el punto que, aprovechando una súbita indisposición suya, Alberto acusa a Leonie de intento de asesinato no consumado con el fin de quedarse, una vez muerto el pajarito, con su bolsa. ("La bolsa o la vida": el vel de la alienación.)

 De hecho, la cogen presa y la someten a un juicio.

 En los momentos más turbios de su relación irrumpe en el escenario una tal Anita Berber:

 "Entonces sí intentó ponerle trabas y prohibió a Leonie mostrarse en público con mujeres [Se refiere al bueno de Alberto] ¡Pero quién puede impedir a un pájaro volar! Leonie, por supuesto, no se atuvo a la prohibición. Al contrario: le causaba un placer inmenso llevar a pasear a diversas damas durante el día en el auto de él y visitar con ellas todo tipo de lugares de entretenimiento. Y así hacerlo quedar como cornudo en público. Seguro que entonces todos creían que el señor presidente no podía satisfacer a su esposa y por eso ella se trataba con mujeres. ¡Qué humillación para él! 



Anita Berber: ¡La diosa de la noche!

 Y después comenzó toda esa locura con la bailarina nudista Anita Berber. Él nunca había visto a Leonie tan excitada. Después de haber visto la foto de la Berber en diversas revistas, ella le había insistido durante meses con el pedido de que le consiguiera, a esta sifilítica morfinómana un show en el Tabarín... y él, para colmo, había sido tan idiota de, efectivamente, intentarlo. Gracias a Dios, no había resultado.

 Pero después, la Berber, fue de todos modos a Viena, para rodar una película, y él ya no veía más a Leonie o sólo muy tarde, por la noche, en estado de ebriedad, con la Berber semidesnuda sobre el regazo y el anuncio de que ahora se acostarían juntas.

 Ella estaba como si hubiera perdido la razón y, una noche, le lanzó en la cara -después de haber cenado juntos en el Sacher y allí haber coqueteado con un desconocido, poniéndolo otra vez en ridículo- que le resultaba repulsivo, que se metiera su dinero en el culo y que no quería volver a verlo nunca más. Entonces, él le quiso pegar, a lo que ella reaccionó amenazándolo con su propio revolver.

 Al día siguiente, se había ido. Y después se separó y desapareció con otra cocota del entorno de la Berber en Berlín. Ni siquiera su dinero pudo hacer algo, porque ella empeñó todos sus muebles y objetos de plata así como joyas que él le había regalado y de ese modo se volvió independiente y no extorsionable. Con la suma increíble de 1000 millones de coronas se marchó. El divorcio se consumó en agosto de 1922 y él volvía a estar solo." (Op. cit.; Págs. 97-98.)

 Colorín colorado este cuento se ha acabado. Así se las gasta esta mujer de alma partida y cuerpo entero, que no deja ningún plato sin romper, transformándolo todo en un auténtico desorden de cacharrería.

 Esto no es óbice para que los hombres se pirren por ella. La quieran salvar o, al final, ella los arrastra al fango, al rincón más miserable de la existencia.

 Esto de cocota o de cocotte, en plan más fino, es uno de los nombres del goce femenino, como tal inexhaustible, imposible de alcanzar, a pesar de todos los cálculos exhaustivos que le dejan a uno exhausto, para el arrastre, después de aplicar a rajatabla, a partir de La Mujer que no existe, el metodo de exhaución.

 Siempre funciona aquí un "Dime con quien andas y te diré quién eres", que, desgraciadamente, concluye en un no-eres.

 ¿Qué características definen a la cocota Leonie en su irresistible coquettería?:


  •  Leonie es una mujer des-arraigada porque ha perdido, dilapidado, malgastado, no habiéndolo sabido usufructuar, su arraigo a su condición de sujeto. 



  •  Ha extraviado sus raíces, por lo que se ha convertido en una mujer errabunda, extraviada, despojada de cualquier relación de pertenencia, de inclusión, de integración, de identidad solidaria y conjunta. 



  •  Más que una mujer solitaria es una mujer aislada. (Una pequeña plantita silvestre que sobrevive a duras penas en la inmensidad de un erial.)



  • Es un objeto a la deriva, sin rumbo, un frágil asteroide que se desplaza de aquí para allá, zigzagueante, de forma errática, en el silencio de los espacios infinitos. ("Me aterra el silencio eterno de esos espacios infinitos"; Blaise Pascal.) 


  • Decir que es una cocotte es decir mucho; aunque es mejor que decir nada.


  • Su comportamiento social es desorbitado. De hecho, por su conducta absolutamente relajada, disoluta, ajena a cualquier principio moral, respetado y respetable, se ha convertido en piedra de escándalo de la refinada y burguesa sociedad vienesa. 

 Des-orbitado
hay que leerlo al pie de la letra: el sujeto que ha perdido su órbita


 Leonie no está solo desnortada, sino fuera de órbita. 

 ¿Cuál es el motivo? 

 Un planeta gira en la órbita de otro planeta, de masa mayor, atraído por su fuerza de gravedad. 

 La tierra desarrolla su órbita alrededor del sol. 

 En la existencia de Leonie no hay ningún significante con fuerza de Ley, con el suficiente peso de gravedad como para atraerla a su órbita. 

 El descreimiento (unglauben) afecta al significante central, clave, al Nombre-del-padre, alrededor del cual gravitan el conjunto de los significantes.

 
Estar desorbitado: la órbita elíptica alrededor del Nombre del Padre

 En Leonie, se ha producido una operación de des-investidura libidinal, una retractación, una desmentida, una desestimación, que tiene efectos forclusivos sobre el significante de la Ley, sobre el Nombre-del-Padre.

 A esta desmentida, que tiene lugar en el lugar del Otro, que afecta electivamente al significante del Otro, a la Ley del Otro, la podemos formalizar, como lo hace Lacan en el Esquema R (subvertido por la psicosis), con un P0: el pseudo-agujero
.
El pseudoagujero: P0

 Un pseudo-agujero, a diferencia de un verdadero agujero, es un agujero que se puede reducir a un punto. 

 Un ejemplo es el agujero de una circunferencia. 

 El agujero central del toro es verdadero porque es irreductible a un punto.



El agujero irreductible del toro

 Al pseudo-agujero lo voy a denominar la gran letrina, a la que van a desaguar todos los restos y desechos del mundo. 

 La cocotte puede encarnar esta gran letrina

 Por eso se dice que la prostitución tiene una función social con relación a la economía del goce; debido a lo cual, es la profesión más antigua del mundo.

 
La gran letrina del mundo

 En el caso concreto de Leonie-von-nada, en su vida de cocotte, su principal dedicación es la de intentar taponar ese pseudo-agujero con, valga la expresión, pseudo-objetos.

 Se trata de objetos bien indispuestos para gozar, que, paradójicamente, tienen la función de evitar cualquier fuga de goce, que no se escape ni el más mínimo goce.

 Es evidente que su fracaso es estrepitoso.

 Por pretender lo mejor uno se ve arrastrado a lo peor.

 Estos objetos rematadamente mal dispuestos tienen una dimensión fundamentalmente negativa, en el sentido de que no son objetos significantes, nombrados, bautizados con el agua bendita de la palabra.

 No son objetos benditos, bendecidos, bien dichos, por el Otro.

 Su misión primordial es taponar la falta, desmentir la castración.

 A pesar del barullo y del estrépito, de la exaltación maníaca, la fiesta y el descontrol, todo converge en correr un tupido velo sobre el misterio del falo.

 Todos estos pseudo-objetos de goce van a parar irremisiblemente al pseudo-agujero, a la gran letrina del mundo.

 Son auténticos desechos totalmente desvalorizados, desprovistos de la función causa del deseo.

 Leonie, al no poder sostener su existencia en un vínculo discursivo con objetos significantes, aquellos que podrían bendecir su condición de sujeto deseante, queda sometida y aplastada por un imperativo de goce: "Goza siempre más, sin tregua, sin pausa, hasta el final". (Y el final suele ser la muerte.)

 ¿Cuál es la fórmula del goce-cocotte, del goce Leonie-Von-Nada?:

 
 P0 (agujero 0 + objeto 0) = 1 = goce cocotte 


Que se lee así: desmentida del Nombre-del-Padre -P0-, como función de la suma: pseudo-agujero (agujero 0) más (+) pseudo-objeto (objeto 0), igual (=) al Uno absoluto (1) del imperativo de goce: el goce cocotte

 ¿Cuál es el goce al que Sidonie quiere acceder a través de su acting-out?


NP (agujero S + objeto S) = √(-1) + @ = goce acting-out



Que se lee así: bejahung  del Nombre-del-Padre -NP-, como función de la suma: agujero verdadero, significante (agujero S), más (+) objeto significante (objeto S), igual (=) a √(-1) (el número imaginario i) más (+) el objeto @.


El número imaginario

 Hay una fórmula más retórica, menos formal, menos matemática, para definir el goce cocotte.

 Leonie-von-nada goza de una forma ex-orbitante (que supera lo normal o razonable; que se ha proyectado fuera de cualquier órbita) porque está des-orbitada.

 Esto no quiere decir ni que se lo pase muy bien ni que sienta mucho placer.

 Más bien, debido a que lo que está en juego es el goce (la befriedigung) y no el placer (el lust), lo pasa muy mal, siente mucho dolor, insatisfacción, displacer.

 Sobre todo, machaca su cuerpo, lo maltrata, sometiéndolo a prácticas de goce que sobrepasan la barrera del placer-displacer, que transgreden el equilibrio, la homeostasis.


Ernst Ludwig Kirchner Piper

 Todo parte de esa condición de des-orbitada, en el sentido de que ha abandonado la órbita de la Ley.

 La consecuencia es que no hay ningún significante que actué como punto de capitón, que la amarre al discurso, que la sujete a la cadena del significante, que la anude (con un lazo enlazado, como lo expresa Lacan) al lugar del Otro.

 La condición de cocotte es una modalidad existencial, (in) consistente en un estar suelta, no sometida, no sujeta (por lo tanto, no sujeto), al yugo de la metonimia de los significantes, a la Ley Paterna (La del deseo.)  


Anita Berber, reinventada

 ¿Por qué esa des-orbitación des-orbitada de Leonie-von-nada?

 Hay que suponer que en su historia el significante no tuvo la suficiente fuerza gravitacional, de goce, para a-traerla hacia su órbita.

 Debió acontecer un fallo grave en la transmisión de la Ley por parte de sus padres.

 Si los padres no cuentan en las encrucijadas de su relación con el significante como tercero, como referencia obligada, como instancia de apelación, el prestigio de la Ley quedará socavado, su voz enmudecerá, no se lo llamará porque habrá perdido su dimensión de promesa fecunda, su potencia de respuesta simbólica, la capacidad de gestar en su seno la vida del deseo,

 Si en la familia de Leonie la Ley no ha sido agraciada; si el Otro de la palabra ha sido enterrado bajo el peso del descreimiento; si la bejahung significante ha quedado acallada por un espeso silencio; el sujeto quedará condenado a errar, en un extravío continuo, deambulando como un vagabundo, extra-muros del cuerpo social, rechazado del ágora ciudadana, del organismo lenguajero, eyectado fuera de la órbita cuyo lazo elíptico uno transita y comparte con los otros. (La elipsoide significante que hace nudo con el Otro.)


La elipsoide significante